La primera visita del paciente seguramente sea la que más duración tenga, se procede a hacer una ficha con su historia clínica en la que se hará un interrogatorio exhaustivo a fin de que el terapeuta pueda relacionar antiguas lesiones con los problemas que haya en la actualidad o de aplicar el tratamiento adecuado a la persona.
Tensión arterial, analíticas, radiografias y otras pruebas diagnósticas que pueda aportar el paciente son de gran utilidad para el terapeuta a la hora de valorar lesiones, tratamiento a aplicar o ejercicios a recomendar.
La periodicidad de las sesiones dependerá del tipo de patologías y de la cronicidad de la mismas, aunque lo habitual es que las primeras sesiones sean más periódicas, nunca se hará un tratamiento osteopático con menos de una semana de diferencia.